jueves, 18 de septiembre de 2008

“EL OTRO, MI HERMANO, MI HERMANA”

“Sí, en la relación con los hermanos hay que poner mucho amor, mucha delicadeza…, así es como recibirán mucho bien con nuestra presencia… Nada de ello es superficial ni forzado cuando nuestra actitud es verdaderamente amistosa. De hecho, estamos viviendo aquello que nosotros somos” (C. I. / VII 80).

"Amigos míos,
si Dios nos ha amado tanto, es deber nuestro amarnos unos a otros; a Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos mutuamente Dios está con nosotros y su amor está realizado entre nosotros; y esta prueba tenemos de que estamos con él y él no nosotros,
que nos ha hecho participar de su Espíritu". (1 Jn 4, 11-13)

Señor, tú eres quien nos empuja a cumplir nuestra misión:
ir hacia los demás para que crezcan,
para que se sitúen ante la vida,
la auténtica vida, la que tú deseas para ellos.
Para ello, Señor, ayúdanos a entregarnos ahora,
a no esperar a mañana,
a no poner por delante nuestros propios negocios.
Danos una sonrisa, un gesto amistoso,
una palabra que muestre nuestra solidaridad
con nuestros hermanos y hermanas.
Danos una mirada profunda
para mirar a los que viven a nuestro lado.
Ayúdanos a no quedarnos en sus defectos,
que son también los nuestros.
Ayúdanos a llevarlos en nuestro corazón
y no a soportarlos sobre nuestros hombros.
Como tú nos llevas en tu corazón,
haz que nos llevemos unos a otros en los nuestros.
Solos no lo conseguimos,
con la ayuda del Espíritu, sí.
Infunde su amor y su fuerza en nuestros corazones.
Danos tu luz en este momento de trabajo y reflexión.

1 comentario:

Frater Intercontinental dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.