lunes, 12 de mayo de 2008

LLEVAR LA ANTORCHA EN ALTO

“Ved la imagen: no la lámpara de aceite, pequeña luz vacilante; ni la lámpara eléctrica fija y sin vida. Sino la antorcha primitiva, el trozo de madera resinoso que arde entre las manos de un hombre, que éste lleva alto y firme para guiar los pasos del invitado que llega de noche.” (Mensajes P. François. Navidad 1965)

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha venido a liberar a su pueblo,
suscitándonos una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo...
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
(Lc 1, 68-69.78-79)


Señor Jesús, has llegado esta Navidad con la lámpara bien alta.
Desde la humildad del pesebre, atraes a todos con tu luz.
Haznos llevar a nosotros también la antorcha alta y clara,
queremos que nuestra vida sirva a los demás,
que nuestra inteligencia piense en los otros,
que nuestra imaginación se dedique a hacer el bien,
que nuestro corazón ame a los demás,
que el resto de nuestras fuerzas se agote en servir.
Alumbrar solo está bien.
Alumbrar juntos es mejor.
Un trozo de madera se apaga pronto,
muchos trozos juntos hacen una bonita llama,
una llama que dura.
Juntos damos esa gran luz de la Fraternidad
traída al mundo por Jesús,
la que es fuente de paz para todos
la que permite a los enfermos REVIVIR.

COMENTARIO DEL EQUIPO...
- Nos hace mucha falta creer en la libertad. Nos hace falta vivirla y que no se quede en una expresión formal.
- Gracias a la luz que porviene de Dios, tenemos un motivo más para sobrevivir en medio de las dificultades.
- Quiero destacar la entrañable misericordia en medio de tanta violencia con la que vivimos en nuestras sociedades (videojuegos, en casa, secuestros, terrorismo...). Pero también hay signos de esta misericordia en el perdón que nos lleva por el camino de la paz, unido a la justicia. Siempre hay algo de esperanza, es como una pequeña palanca. Es algo difícil pero posible.
- Muchas veces hay que llegar a palpar la noche para reconocer la luz del sol... Cambia mucho la vida a la luz del sol y en ausencia de ella. La verdadera libertad comienza cuando nos sentimos liberados desde el interior y con la seguridad que esa libertad no faltará jamás.

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